Un modelo simula el efecto de las ondas electromagnéticas en el cuerpo humano
El investigador de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) Erik
Aguirre Gallego, en España, ha presentado en su tesis doctoral las
simulaciones del efecto que los campos electromagnéticos tienen sobre el
cuerpo humano. Junto a otros científicos, ha presentado parte de los
resultados en Sensors y otras revistas científicas.
En concreto, el equipo ha desarrollado un modelo que permite
caracterizar los diferentes fenómenos que se dan en la propagación de
determinadas ondas electromagnéticas, además de discernir si se
sobrepasan o no niveles que podrían ser nocivos para la salud.
“En torno a estas radiaciones se ha generado gran controversia en los
últimos años, al ser consideradas perjudiciales por una parte de la
población –señala–. Por eso, queríamos conocer cuál era su efecto en los
tejidos del cuerpo humano y comprobar que no sobrepasaban los límites
establecidos por los diferentes organismos legislativos y entidades
encargadas de publicar recomendaciones de exposición máxima”.
El trabajo se ha centrado en la dosimetría de radiaciones
no-ionizantes, ámbito de la ciencia que establece la relación entre el
campo electromagnético distribuido por el espacio y los campos inducidos
en los tejidos biológicos.
El método de simulación utilizado parte de una herramienta
desarrollada por la UPNA y denominada Trazado de Rayos 3D, que cuenta
con el respaldo de diferentes publicaciones en revistas internacionales.
Como el objeto de estudio era el cuerpo humano y sus tejidos
biológicos, se desarrolló un modelo de cuerpo humano en 3D compatible
con la técnica de simulación seleccionada.
Según explica Erik Aguirre, “el modelo de cuerpo humano utilizado,
dentro de las limitaciones que ofrece el código de trazado de rayos,
pretende ser anatómicamente exacto. Además, se han tenido en cuenta las
características de todos los tejidos que forman nuestro cuerpo, con el
fin de que los resultados de la simulación sean lo más precisos
posibles. También hemos dotado al modelo de diferentes posturas para
adecuarlo a la morfología de los escenarios”.
En cuanto a los escenarios, se han utilizado tanto de interior
(laboratorios de la universidad) como externos más complejos, por
ejemplo, coches y aviones. En estos entornos se hacen las simulaciones y
las medidas dosimétricas, de modo que se puede comparar los datos
teóricos obtenidos y los reales, testear el buen funcionamiento de la
herramienta de simulación y calibrarla correctamente.
“Todos los escenarios son reales y en la mayoría de los casos se han
hecho medidas para comprobar los resultados teóricos. La única excepción
fueron los aviones, ya que a pesar de ser dos modelos que existen
(Airbus A320 y A380) no pudimos tener acceso a ninguno para hacer las
medidas”, dice el investigador.
A partir del trabajo “se demuestra la necesidad de usar técnicas de
simulación para llevar a cabo estimaciones dosimétricas, además del gran
potencial que la herramienta ha mostrado al arrojar resultados precisos
en entornos grandes y complejos”. Respecto al estudio dosimétrico como
tal, “en condiciones normales, los sistemas de radiocomunicación no
generan valores por encima del límite recomendado por los diferentes
organismos de regulación”, concluye Erik Aguirre. (Fuente: UPNA)
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